viernes, 1 de marzo de 2013

Sartre, un amigo de la Revolución cubana.

INRA, La Habana, Año 1 Nº 4, abril de 1960.

3 comentarios:

Güicho dijo...

¿Sartre? Por eso es necesario que los niños practiquen deportes duros. Sin una dosis de cimarrón o rancheador en la vida la inteligencia abundante induce a ser comemierda.

Rancho de los pormenores dijo...

Vale, Wicho, eso se llama un gancho al hígado.

Diana dijo...

Increíble cómo mentes consideradas privilegiadas pudieron ser engañadas tan fácilmente.